Educar y Brillar

Mindfulness en las escuelas: Un requisitio en la educación de la Nueva Era (Parte II)

En la PARTE I de este artículo hablábamos de cómo mindfulness responde a las necesidades de los niños de la sociedad actual.  Esta puede ser una de las razones de la creciente popularidad de esta práctica meditativa en el contexto educativo, y más concretamente, en las escuelas.

En esta segunda parte de mindfulness en las escuelas exploraremos algunos de los programas dirigidos a desarrollar aspectos relacionados con el desarrollo emocional, social y académico del niño a través de la práctica de la atención plena en diferentes países. Muchos de estos programas comenzaron a implementarse hace años y siguen vigentes en la actualidad.

No se pretende hacer un análisis exhaustivo de cada uno de los programas seleccionados, sino de ofrecer información práctica que podría resultar de interés para el lector.

Programas seleccionados

Aquí os dejo un listado con los programas analizados, el país donde se han desarrollado y, en su caso, las direcciones web donde podéis encontrar más información acerca de ellos.

PROGRAMASPAÍSWEB
Inner ExplorerEstados Unidoswww.innerexplorer.org
Moment ProgramEstados Unidos 
Resilitent KidsEstados Unidos 
Mindfulness in Schools ProjectReino Unidowww.mindfulnessinschools.org
Staf hakeshevIsrael 
Wellness Works in SchoolsEstados Unidoswww.wellnessworksinschools.com
RESPIRAColombiahttps://www.respira.co/
MindEducaBrasilhttp://mindeduca.com.br/
¡Atención funciona!Brasil 

Destinatarios de los programas

Podemos diferenciar entre los programas destinados únicamente a los estudiantes y aquellos destinados tanto a éstos como a los profesores. En este último caso, los profesores han de ser formados primeramente para poder implementar posteriormente el programa en sus clases.

Las edades del alumnado al que van dirigidos comprenden desde la Educación Infantil (a partir 3 años) hasta Bachillerato (18 años). Sin embargo, la mayoría de ellos se centran en el alumnado correspondiente a la Educación Primaria (de 6 a 12 años). Una explicación para ello sería la recomendación de los expertos de comenzar formalmente con esta práctica a partir de los 5 años.

Algunos de los programas abarcan un rango amplio de edad mientras que otros se centran en trabajar con niños de edades concretas . En el primer caso, las distintas actividades se adaptan a las características y necesidades de los  niños en función de su edad. Las actividades son las mismas, solo que cambia su planteamiento.

Aspectos que se pretenden mejorar

Aunque el eje vertebrador de estos programas es la práctica de mindfulness, ésta no deja de ser una herramienta para conseguir unos objetivos concretos. La mayoría de ellos están enfocados a mejorar las habilidades sociales y emocionales de los niños, ya que éstas tienen importantes repercusiones sobre sus conductas y rendimiento académico. Los objetivos de los distintos programas dependen, en gran medida, del contexto en el que se han gestado. Algunos de los aspectos que estos programas se proponen mejorar son:

– autoconsciencia

– gestión emocional

– relaciones entre compañeros

– rendimiento académico

– autoconfianza

– problemas de comportamiento, violencia y bullying

– habilidades cognitivas y emocionales

– equilibrio emocional

– salud mental

– nivel de estrés

– disposición hacia el aprendizaje

– bienestar docente y estudiantil

– habilidades socioemocionales

Si observamos con atención la lista, nos daremos cuenta de que la mayoría de los objetivos a conseguir o bien son competencias socioemocionales, o bien están relacionados con las mismas. Esto es una muestra de la importancia del desarrollo de las competencias socioemocionales para los distintos ámbitos de la vida de la persona, pero esto es un tema que dejaremos para otro momento.

Técnicas utilizadas

 Las técnicas empleadas en los distintos programas se pueden dividir en dos bloques principales:

1) Técnicas formales. Son aquellas relacionadas con una práctica de mindfulness basada en la quietud. Algunos ejemplos de estas técnicas son:

– Atención en la respiración

– Body scan (atención a las distintas partes del cuerpo)

– Relajación muscular progresiva

– Atención a los pensamientos y sonidos

– Atención a las sensaciones corporales

– Atención a la postura

– Visualización o imaginería

2) Técnicas informales. Aunque la finalidad es la misma que para la técnicas formales –desarrollar la atención plena–, se aplican a acciones más relacionadas con el ámbito cotidiano. Algunas de estas técnicas son:

– Diarios personales

– Juegos

– Cuentos

– Comer con atención

– Atención a los movimientos

– Contar historias

– Dibujar o colorear

Algunos de estos programas incluyen una práctica diaria en casa. El objetivo final es integrar mindfulness en la cotidianidad, que el niño sea capaz de vivir en el presente, con plena conciencia de sí mismo y de aquello que le rodea.

Resultados

Tras las implementaciones de estos programas se han observado resultados positivos tanto en los docentes como en el alumnado. En el caso de los profesores, se ha detectado, entre otros aspectos, una mejora en la satisfacción laboral, reducción de las bajas laborales y del estrés. En relación al alumnado, se ha observado una reducción de la tasa de absentismo, del estrés, del miedo, de los síntomas depresivos y del comportamiento reactivo y disruptivo. Además, se ha detectado una mejora en los resultados académicos, la concentración, la relajación, el descanso y el respeto hacia sí mismo y hacia los demás.   

Conclusiones

A la vista de lo hasta aquí expuesto, la introducción de mindfulness en las escuelas parece ser una herramienta útil y valiosa para mejorar la educación. Por un lado, ayuda al docente a sentirse más satisfecho con su trabajo, aspecto esencial para el propio profesional de la enseñanza como para el alumnado. Cualquier profesional que se encuentre satisfecho con su trabajo será más susceptible de llevarlo a cabo de forma más efectiva. Por otro lado, mindfulness fomenta tanto la mejora de las habilidades personales como de las académicas de los estudiantes. Desde mi punto de vista, resulta indiscutible que este tipo de prácticas se merecen, cuanto menos, ser consideradas como opción  para desarrollarse en los centros en diferentes marcos: extraescolares, talleres, etc. con tal de que tanto los niños, como los profesores y padres se puedan familiarizar con este tipo de prácticas.

 

Referencias

Mañas, I., Franco, C., Gil, M. D., & Gil, C. (2014). Educación consciente: Mindfulness  (Atención Plena) en el ámbito educativo. Educadores conscientes formando a seres humanos conscientes. Alianza de civilizaciones, políticas migratorias y educación, 193-229.

Semple, R. J., Droutman, V., & Reid, B. A. (2017). Mindfulness goes to school: Things learned (so far) from research and real‐world experiences. Psychology in the Schools, 54(1), 29-52.

Terzi, A. M., de Souza, L. L., Machado, M. P. A., Konigsberger, M., Waldemar, J. O. C., de FREITAS, B. I., … & Ferreira, M. Q. B. (2016). Mindfulness en la Educación: experiencias y perspectivas desde Brasil. Revista interuniversitaria de formación del profesorado, (87), 107-122.

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